divendres, 22 d’abril del 2016

Hijos de las estrellas


Los seres humanos mantenemos una relación muy estrecha con los astros. Creo que es algo que todo el mundo puede concebir y afirmar. No necesitamos ser astrofísicos que estudian la síntesis de elementos pesados en los núcleos estelares ni tampoco físicos teóricos que manejan auténticos rompecabezas con ecuaciones para poder darnos cuenta. Personalmente, pienso que tampoco es necesario leer ningún libro para entender esta afirmación. Lo único que debemos hacer es observar, observar el universo.

¿Quién no ha salido a dar un paseo por la montaña una calurosa noche de verano para sentarse en una colina y contemplar las estrellas? ¿Quién no ha salido a su terraza en una noche de insomnio para relajarse contemplando las luces del ocaso? ¿Existe un ser humano sobre la faz de la Tierra que no haya contemplado ni una sola vez en su corta existencia las infinitas estrellas del cielo? 

Evidentemente, todos nos hemos parado a contemplar ese glorioso espectáctulo al menos una vez en nuestras vidas. En ese mismo momento, sentimos una paz y una tranquilidad que inundan nuestros sentidos. Comenzamos a sentirnos felices y nos olvidamos de los contratiempos de la rutina. Al mismo tiempo, nos invade una inmensa melancolía que nos incita a evadirnos de la realidad y unos fogosos deseos de volar hacía el onísono se apoderan de nuestro ser. Semejantes emociones son comparables a las que un infante siente cuando recibe una caricia por parte de su madre protectora. Pienso, que si debemos buscar una explicación no científica al título, sin duda podemos recurrir a esta.

Con su fantástica obra de divulgación, Daniel Roberto Altschuler, astrofísico relacionado con los estudios del cosmos que se realizan en el observatorio de Arecibo, (Puerto Rico) nos invita a conocer la historia del universo y de nuestro planeta en un intrépido viaje que comienza con el Big Bang, la formación de las estrellas primitivas, el origen de nuestro planeta y el del hombre para acabar con una visión crítica de la ciencia en la sociedad actual.

Durante el relato, nuestro autor aporta claras evidencias de saber moverse como pez en el agua por los diversos campos de la ciencia tales como la biología, la geología, la química etc.
De esta manera, nos explica la formación de nuestro planeta a partir de conglomerados rocosos de materia estelar, la aprición de las primeras moléculas orgánicas en unas condiciones inhóspitas para el hombre de hoy, la extinción de los dinosaurios, la aparición del ser humano y su proclamación paulatina como forma de vida dominante en este planeta, la evolución próxima de la tecnología, la importancia de preservar nuestro planeta reduciendo las actividades humanas perniciosas para el medio ambiente, el posible contacto con forma de vida extraterrestre etc. Aquí tendríamos la explicación científica del título.

En definitiva, a todo amante de la ciencia ( independientemente del campo que domina) de la filosofía y la ética o a cualquier persona adicta a la lectura en general le agradará conocer todo lo que hay escrito en las páginas de este ensayo único. Las ramas de la ciencia están más entrelazadas de lo que algunos piensan, igual que el ser humano lo está con las estrellas...